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"Simplificando tantas y tantas palabras,
recordando que nunca son previstas y que siempre son honestas, aquí estoy,
derramando las palabras como sangre de mi boca,,, como antes... como siempre,,,
como YO".


15/1/12

La imaginación sobre las sábanas...

Quería morderlo y arrancarlo a pedazos en ese momento…

Es lo que me llego a la mente, mientras le daba la mamada de su vida, ¿por qué? No había hecho ni dicho nada que me molestara, tampoco era alguien que no me agradara tanto, ese tipo de verdad me gustaba, había alguna conexión extraña entre nuestras palabras, algo que suciamente nos unía y no sólo para follar; tampoco era nuestra manera de beber, ni la sociología, el chiste era que me agradaba y yo a él, al menos eso sentía. Tuve esa sensación extraña de quererlo morder y verlo sangrar y seguro llorar del dolor, sólo imaginaba su cara y los gritos que expulsaría de su linda boca, algo como: ¡¡¡¡HIJA DE PUTA, QUÉ PENDEJADA ACABAS DE HACER!!!! Y yo sólo reiría mientras lo veía retorcerse y derramar sangre por doquier…

Imaginaba cómo sería morderlo con tanta fuerza, el momento perfecto sería cuando me dijera “me voy a venir” sí, ese sería el momento ideal  para morder su miembro tan fuerte y arrancarle un pedazo, pensé en todos los escenarios posibles, los gritos, un desmayo, lagrimas, etc.  y en todas yo aparecía disfrutando y carcajeando…

Sus gemidos hicieron que eso se me quitará de la cabeza y seguí chupando, en verdad tenía una buena verga, tan buena que me parecía linda y apetecible a todas horas del día… Era un buen chico, follábamos mucho y reíamos otro tanto, y de la misma manera que disfrutábamos venirnos en mi cama, disfrutábamos caminar de la mano… Aceleré el ritmo y por fin llego ese gemido, ese gemido que me recordó que su eyaculación era mi parte favorita de él.