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"Simplificando tantas y tantas palabras,
recordando que nunca son previstas y que siempre son honestas, aquí estoy,
derramando las palabras como sangre de mi boca,,, como antes... como siempre,,,
como YO".


13/11/12

Un cigarro para morir en paz


Ella encontraba cierta fascinación por él… Ella, de ojos pequeños, nariz grande, senos como naranjas bien acomodadas, nalgas blancas y frías… con pies preparados para escapar, se fijaba en él.
Él, de aspecto interesante, ojos grandes, cabello negro, manos lastimadas, brazos fuertes, piel distante, labios tristes, corazón inexistente, él sólo esperaba en la esquina de una calle, sin importar nada…
-Tal vez algún día me quiera- Ella pensaba constantemente… -Tal vez despierte en mi cama- Ella anhelaba fijamente.

Octubre, un mes perfecto para cualquier idilio sucio y repugnante, inundado de sexo y aberraciones carnales. 15, número no tan malo, 15, hora perfecta para el trago necesario.
Corría la cerveza por la garganta de ella, era un día frío, un día calmado; ella solía encontrar cierta fascinación por los hombres mayores, por hombres sin dudas existenciales, por hombres con los pantalones bien puestos que en cuestión de segundos saben cómo perderlos, ella pensaba… ¡carajo, otro día desperdiciado con la soledad entre las sábanas!- salió apresurada, la cerveza se quedo a media lata, pecado. Caminaba con cierto tono desesperado, como buscando, como anhelando lo indeseable, buscando problemas y solucionarlos sin pensarlo, bajo algún efecto retardado.

Octubre, un mes perfecto para cualquier idilio sucio y repugnante, inundado de sexo y aberraciones carnales. 15, número no tan malo, 15, hora perfecta para el trago necesario.
Se limpiaba los labios después de darle un buen sorbo a ese whisky sin hielos, él miraba fijamente el reloj, como esperanzado, tenía cierto brillo en los ojos que nunca antes había conocido, se asustó al verse al espejo, un espejo viejo y roto que había hallado afuera de su casa… Se dijo sin pensar - ¡Mierda, éste falo tan solitario! Se acabo el trago de un sorbo, tomó sus llaves, un par de condones y salió disparado.
Era una buena tarde de casualidades, una tarde en la que los estragos menos imaginados podían acabar sincronizados. Una tarde de hombres solitarios, de falos encantados por el encuentro inesperado.
Ella sabía que al caminar por la calle había que tener cuidado, uno puede enamorarse en 60, segundos, 6 palabras y perderse por más de 6 eternidades que jodidamente sobrios y pesimistas son infiernos disfrazados de puterias y palabras innecesarias, ella lo sabía; más no podía evitar sentirse seducida por dedos inundados de penetraciones simuladas. Caminaba, caminaba, caminaba… llegó, encontró, deseó,  ahí estaba él, fumando, como ocultándose de algo/alguien, ahí estaba y ella lo había encontrado.
Cruzaron la mirada por dos segundos, a él no le importó, a ella le fascinó, él se preguntaba qué tantas nalgadas podía aguantar en una follada,  ella lo contemplaba, imaginaba horas y dimensiones que de repente se veían inundadas de madrugadas solitarias/acompañadas/alcoholizadas/abrazadas/encarnadas/musicalizadas… era él.
Había un ambiente como desolado, tal vez porque no había manera de encontrarse o tal vez porque no querían asumirse responsables de deseos ocultos para una tarde de Octubre, una tarde en la que sólo un condón y muchos alaridos hubiera bastado para fingir que era perfecta.

No lo lograron…
Sólo las hojas de los árboles siguieron el camino, el tiempo se detuvo, el aliento se agotó y las manos tibias tocaron aquel canto de invierno que nunca llegó.



Snuff


Aquí te espera Palahniuk, imagina que está entre mis piernas, imagina que mis senos te lo dicen, imagina que mi lengua te lo recuerda… Aquí te espera, buscando un enunciado no tan imposible para ser posible, buscando un ambiente de miseria, de cigarro, de tragos amargos, de saliva que quiere manchar las sábanas, de sudor sucio, de nalgas que no son magras.

 Aquí se encuentra, alojado en una estación sin sentido, ni pasado por delante, ni futuro que recordar. Aquí está, velando el sueño de una vagina ansiosa, de dedos temblorosos, de idilios de porquería, de espaldas cansadas y adormecidas por una lengua encantada.

Aquí te espera… como escapando al vacío  buscando entre sonrisas apagadas, encontrando deseos fálicos, añorando hacer o no de esto, una historia que llega hasta las entrañas. 


7/7/12

Amor


Morder su sexo, lento y suave
Lamer despacio y quedo... enamorarse.





Siempre he dicho que el amor se mide con gemidos. 
El primer te quiero se dice gimiendo y el primer te amo se dice lamiendo. 
No hay amor si no hay gemidos y fluidos... no hay amor sin sudor ni alaridos. 
El amor lucha, desde la calle hasta las sábanas
El amor corre como el tibio semen por la espalda
El amor enseña, el amor tienta, el amor grita, el amor penetra,
 el amor llora y el amor gime.

Cuando el amor es verdadero se siente en la boca, en el culo y en lo más profundo; eso es el amor, un charco de semen en el ombligo y tu sillón envuelto de fluidos. 





12/6/12

Poesía


A veces la poesía se siente entre las piernas, y si no es así; se siente en las entrañas
La poesía quema
La poesía arrebata, arrebata nombres, gritos, gemidos, llegadas
La poesía llora
La poesía mata, mata de dolor por el amor que nunca será encontrado
La poesía calma
La poesía entrega, entrega lo más deseado al cuerpo ignorado.
La poesía ensucia
La poesía refleja, refleja lo más sucio convertido en gemidos y eyaculaciones tibias
La poesía mata
La poesía engaña, engaña mentes, cuerpos y corazones del mejor postor de la desgracia.
La poesía finge
La poesía deslumbra, deslumbra la mente atorada en ideas y convicciones bien estructuradas
La poesía ríe
La poesía lucha, lucha por caminos llenos de verdad y veredas de mentira
La poesía cae
La poesía duele, duele hasta las entrañas, te destroza y escupe en tu mirada

Y así busco  poesía, como esperándote, como soñándote, como recordándote, intentando no saberte, no probarte, ni mucho menos odiarte, porque la poesía que eres la traigo enredada muy adentro de mi vientre. 

...es que tu poesía me duele.

1/5/12

Pasión...


                               Ha pasado ya un buen rato desde la última vez…

Me han dicho que no notan mi pasión… que he perdido la pasión por reflejar la enfermedad y la suciedad de mi vida, que tal vez ya no me llena una o dos letras significativas en un día ¡Bah, quién sabe! Estoy a unos días de cumplir un año con el mismo empleo, y los Smiths me siguen recordando lo miserable que soy.

Veo una torre de libros mal apilados en mi escritorio, escritorio que ha tenido mis nalgas sobre de él en muchas ocasiones; y sólo me hace pensar en esa pasión, esa pasión que dicen que he extraviado… ¡No lo creo! Porque la pasión de las letras la vivo cada día, en el metro, en el bus, en el trabajo, en los ojos cansados del señor de la tienda, en las nalgas cansadas de mis compañeros de oficina, en la boca seca de aquel drogadicto en la esquina de circuito, en los labios rojos de la prostituta en revolución, en los 3 pesos que gasto para llegar a mi casa, en los penes nuevos que he probado, en los hombres mayores que estoy esperando para meterme entre sus piernas, en las manos sucias del vendedor de verdura, en el aliento fétido del señor franelero, en mis pies cansados, en mis piernas mal depiladas, en mi sexo ansioso, en mi ombligo hundido, en mis senos pequeños, en mi boca sedienta y en mis ojos negros, negros como el alma que alguna vez ofrecí y me rechazaron, negros como el vello púbico de mi último amante, negros como mi cabello desordenado, negro como el corazón de alguien que nunca va amarme, así es como la pasión se prueba y se vive y se siente, como el sudor a las 3 de la tarde; se vive a flor de piel, día a día, paso a paso, con cada parpadeo y con cada movimiento de mis dedos, esa pasión es similar al semen tibio sobre mi espalda, sobre mis tatuajes, sobre mi boca y sobre mis entrañas, es una pasión descontrolada, una pasión que por mas cansada que me encuentre estará reflejada en mi mirada. 



15/1/12

La imaginación sobre las sábanas...

Quería morderlo y arrancarlo a pedazos en ese momento…

Es lo que me llego a la mente, mientras le daba la mamada de su vida, ¿por qué? No había hecho ni dicho nada que me molestara, tampoco era alguien que no me agradara tanto, ese tipo de verdad me gustaba, había alguna conexión extraña entre nuestras palabras, algo que suciamente nos unía y no sólo para follar; tampoco era nuestra manera de beber, ni la sociología, el chiste era que me agradaba y yo a él, al menos eso sentía. Tuve esa sensación extraña de quererlo morder y verlo sangrar y seguro llorar del dolor, sólo imaginaba su cara y los gritos que expulsaría de su linda boca, algo como: ¡¡¡¡HIJA DE PUTA, QUÉ PENDEJADA ACABAS DE HACER!!!! Y yo sólo reiría mientras lo veía retorcerse y derramar sangre por doquier…

Imaginaba cómo sería morderlo con tanta fuerza, el momento perfecto sería cuando me dijera “me voy a venir” sí, ese sería el momento ideal  para morder su miembro tan fuerte y arrancarle un pedazo, pensé en todos los escenarios posibles, los gritos, un desmayo, lagrimas, etc.  y en todas yo aparecía disfrutando y carcajeando…

Sus gemidos hicieron que eso se me quitará de la cabeza y seguí chupando, en verdad tenía una buena verga, tan buena que me parecía linda y apetecible a todas horas del día… Era un buen chico, follábamos mucho y reíamos otro tanto, y de la misma manera que disfrutábamos venirnos en mi cama, disfrutábamos caminar de la mano… Aceleré el ritmo y por fin llego ese gemido, ese gemido que me recordó que su eyaculación era mi parte favorita de él.