Mi Madre también lo sabe.
Es mi estúpido afán de llegar con ella y contarle sobre cada uno de los hombres que pasan por mis piernas.
Es el ya no sentir la vergüenza de decir en repetidas ocasiones “no mamá me dejo”, o en contadas ocasiones “no madre, lo he dejado”. Es por eso que admito y me llena de pasión decirlo, “Mi madre también lo sabe”, no es un secreto a voces, ni una noticia inesperada, es algo que fácilmente percibes, si te detienes a encontrar mi mirada.
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